Tuvimos infinidad de reuniones a la distancia con jóvenes de nuestros barrios, protagonistas de su presente y armadores de un mejor futuro. Nos queda mucho por hacer y quiero compartir algunas reflexiones con ustedes.
El 19 de marzo del año pasado el presidente tomó la firme decisión de decretar un aislamiento social para preservar la salud, tal como lo venían haciendo los demás líderes del mundo. Inmediatamente aquellos que tenemos responsabilidades políticas nos pusimos a trabajar para encontrar respuestas desde el Estado y continuar encontrándonos en la militancia, aún a la distancia.
Surgió ahí la necesidad de ampliar las herramientas digitales: a través de Zoom, videoconferencias, plataformas como Milita o redes sociales. Todo un mundo amplio que comenzábamos a fortalecer, pero en el que desde hacía mucho tiempo los pibes y pibas de nuestros barrios ya transitaban.
Las nuevas generaciones que nacieron con la posibilidad de acceder a internet o al programa Conectar Igualdad rápidamente se sumaron a nuestras propuestas con una naturalidad asombrosa, que le dio fuerza, impronta e ideas nuevas a la política en general y a la militancia justicialista en particular.
Desde entonces no paramos. Aquellos grupos de jóvenes con los que nos encontrábamos ahora eran cientos o miles conectados a la distancia, cada uno desde su casa, cercanos a los vecinos y vecinas que suelen ayudar, siempre proponiendo cosas propias y escuchando a aquellos que tenemos cierta experiencia política.
Viéndolos a ellos estoy convencido de que el contacto digital llegó a la política para quedarse, aun cuando pase la pandemia y podamos volver a fundirnos en un abrazo peronista en algún plenario o movilización. Y ahí, sin dudas, serán nuevamente los protagonistas.
