En los últimos días, distintas instituciones universitarias nacionales han comunicado su preocupación frente al desfinanciamiento. Una situación que pone en riesgo el normal funcionamiento de nuestras universidades y, por ende, el futuro de miles de estudiantes, docentes y personal no docente.
Es alarmante observar que, a pesar de una inflación anual del 276%, el gobierno Nacional ha decidido congelar el presupuesto de 2024 respecto al del año anterior, sin realizar ninguna actualización. Esto pone en peligro todas las actividades académicas y de investigación, generando una reducción en las clases, la calidad educativa, las becas, la infraestructura y los servicios.
Sin dudas, repercute en todas las comunidades universitarias del país. En Florencio Varela, por ejemplo, en la Universidad Nacional Arturo Jauretche, más de 33 mil estudiantes, 1700 docentes y 400 no docentes se ven seriamente perjudicados en su futuro.
¿Por qué recortar un sector que funciona bien?
Las universidades juegan un papel fundamental en la transformación social y estructural de nuestras comunidades. En Florencio Varela, la UNAJ permitió que los hijos e hijas de familias trabajadoras accedan a la educación superior de manera gratuita, lo que no solo impulsa su desarrollo personal y profesional, sino que también tiene un impacto positivo en toda la sociedad.
Por todo ello, quiero expresar mi acompañamiento al pedido de las universidades de exigir al Gobierno Nacional que adecúe el presupuesto para asegurar el financiamiento de nuestras instituciones educativas públicas.
No podemos permitir que se recorten los sueños de miles de estudiantes ni que se menoscabe el derecho a la educación superior gratuita y de calidad. Es responsabilidad del Estado proteger y promover la educación como pilar fundamental de nuestro desarrollo como sociedad. Porque la educación es el futuro.