Cualquier otro 1° de Mayo hubiese apelado a reflexionar sobre la importancia del trabajo en la dignidad de las personas y la construcción de la sociedad justa y equitativa que siempre soñamos. Pero hoy, la fecha merece elevar el nivel de análisis.
Este Día del Trabajo es diferente, nos moviliza más que nunca y nos mantiene en alerta. La coyuntura política actual amenaza las fuentes laborales y derechos que creíamos conquistados. Una y otra vez, vemos cómo el gobierno intenta avasallar los derechos laborales con decretos y leyes que socavan la libertad individual y colectiva de los trabajadores y trabajadoras.
Un contexto de ajuste, donde los jubilados no llegan a fin de mes, la comida no alcanza en los comedores, se triplica el número de pobres e indigentes y se desfinancia la educación pública; cae el empleo y se paraliza la obra pública, sorprende la «necesidad» y la «urgencia» invocadas por el gobierno nacional para modificar leyes laborales por decreto, en pos del beneficio para grupos económicos.
Un mercado que NO LA VE
El modelo libertario primero ajustó achicando el estado, interrumpiendo la obra pública con la antigua creencia que el mercado y el sistema privado absorbería a esos trabajadores desplazados. Así, el gobierno llega con una idea completamente opuesta a aquella enseñanza que dejaba nuestro General Perón de “Gobernar es crear trabajo”.
Sin embargo, las evidencias nos muestran una vez más que el mercado no lo regula todo. Mientras entre diciembre de 2019 y junio de 2023, más de un 1,1 millón de personas habían logrado incorporarse al trabajo formal, en 2024 la situación marca un deterioro alarmante. Veamos algunos números.
Los datos relevados por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación muestran que, en el mes de enero de 2024, se perdieron 30.455 puestos de trabajo registrados en el sector privado; mientras un informe del Centro de Economía Política (CEPA), evaluó en base a cifras del Ministerio de Trabajo que en diciembre, se perdieron 9.395 puestos de trabajo registrados.
Por su parte, los Industriales Pymes Argentinos (IPA) dieron a conocer la delicada situación que actualmente atraviesa el sector. Hasta ahora, en la actual gestión de gobierno, se registraron más de 20.000 pérdidas de puestos de trabajo en el sector de Pequeñas y Medianas Empresas y hay una proyección de que, desde el mes que viene, se agrave esta tendencia.
Es evidente que el camino que tomó el gobierno tiene un impacto negativo en los niveles de empleo público y privado.
Para el peronismo, el trabajo es una parte fundamental de la justicia social. Valora el esfuerzo y la contribución de cada trabajador al desarrollo de la sociedad, y promueve activamente la protección de sus derechos laborales.
Es nuestro compromiso recordar este legado y reafirmar la importancia de seguir luchando por un país donde el trabajo, único ordenador social, sea un derecho garantizado para todos y todas, y donde cada trabajador y trabajadora pueda desarrollarse plenamente.