Durante una jornada emocionante, homenajeamos a los y las estudiantes voluntarios de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) que ejercieron un rol fundamental durante la pandemia.
El Doctor Vicente Ierace fue un gran sanitarista, que trabajó toda su vida por la salud pública. Fue una gran persona y mi amigo desde la década del 80. Y es un orgullo que el voluntariado de la UNAJ lleve su nombre, porque simboliza ese sueño colectivo de un país con salud para todos y todas.
Con él aprendí que un Estado presente es el que mantiene los Hospitales vacíos y lo que era un verdadero sistema de salud. En ese entonces, empezamos a mejorar la atención primaria de la salud y fue cuando conocí a otro querido amigo Arnaldo Medina.
En ese entonces, con Quilmes y Berazategui éramos los más ansiosos para tener un Hospital en lo que era un predio abandonado en Varela. El único que nos escuchó fue Néstor Kirchner, que se comprometió a hacer el hospital más exitoso de la Provincia y así fue.
Luego dimos impulso a la creación de la UNAJ y en el impulso a otras Universidades del conurbano. Todos estos son sueños que se hacen realidad y por eso los estudiantes deben sentirse orgullosos de haberse anotado en la Universidad, una Universidad con arraigo en el territorio.
Porque esta es la manera de hacer Patria, con las ganas de formarse para salir adelante y con el esfuerzo de los y las voluntarias que ejercieron un rol fundamental en medio de una pandemia desconocida para el mundo.
Va mi agradecimiento a estos jóvenes que colaboraron en todo el país, superando los miedos propios del momento y priorizando la solidaridad. Su nobleza me enorgullece.
